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domingo, 8 de abril de 2018

CONSTRUYENDO EL PODER DE LA DIRECCIÓN CONSCIENTE DE LA CAMPAÑA


Agenda y Plan Políticos para 2.018 y 2. 019 (VIII)
QUE HACER EN EL PRIMER CUATRIMESTRE DE 2.018/ “LO QUE ESTAMOS VIVIENDO” (2)




Hay, al menos, cuatro circunstancias que vamos  considerar aquí, que pueden estar impidiendo que una organización política empiece a situar sus recursos en orden a los resultados de 2.019:
Ø tener consumidos esos recursos en luchas internas, más o menos declaradas/cruentas;
Ø una variante, como podría ser emplear los recursos en muchas actividades que no contribuyen a los resultados, en una suerte de empresa de animación sociocultural;
Ø que los cargos públicos estén absorbidos por la gestión de la institución;
Ø una actitud pasiva, al respecto, de los militantes, que no saben/no quieren ocuparse de los votantes y sus líderes de opinión y de obtener de ellos recursos humanos y financieros.

Los que asuman dirigir de esta campaña, van a tener que hacerse conscientes del punto de partida en estas cuestiones y, si consideran que deben cambiarlas, ir dotándose del poder suficiente para ello.  
Y como inicio, en este cuatrimestre, empezar a  partir de tener una idea suficiente de ¿dónde estamos?  ¿cuántos somos? y ¿qué estamos haciendo?.
Este primer planteamiento de dirección pretende crear un soporte relacione los resultados políticos que se han tenido y los que se pretenden obtener con relación a los esfuerzos y recursos de que se va poder ir disponiendo.
Sin perjuicio de ahondar más en ello en entradas posteriores que completan a ésta, ahora podemos apuntar algunos puntos de este soporte.

¿Dónde estamos?
ü Conocer bien cuáles han sido nuestros resultados de votos y cuál es la impresión de la tendencia actual, positiva, negativa o estabilizada.
ü Tener esta información no sólo a nivel global sino desglosada por unidades menores significativas y comunicarla a las personas que viven y/o tienen alguna responsabilidad en ellas.
ü Hacer una visión preliminar al menos del estado de las circunstancias que hemos señalado más arriba pueden impedir que la organización se alienée en “modo campaña”: coalición/conflicto, predominio de la gestión, pasividad de los militantes, distracción de actividades.
¿Quiénes somos/estamos?
ü Estimar con cuántos de los cargos públicos, y eventualmente asesores y directores, se puede contar para la campaña.
ü Evaluar la nómina de afiliados en términos de los que saben/ quieren ser activistas, los militantes que quisieran saber hacerlo y los militantes más bien afiliados. Idear un tratamiento para cada grupo.
ü Tener en cuenta los líderes de opinión, los simpatizantes y votantes seguros, ideando también un tratamiento para ellos.
ü Identificar buenos activistas que podrían asumir el papel de entrenadores, sin perjuicio de proporcionarles el entrenamiento adecuado para ello, en lo necesario.
¿Qué estamos haciendo?
ü Listar las actividades en que gasta sus recursos humanos y económicos la organización, evaluando la contribución de cada una de ellas a no perder y ganar votantes.
ü Manifestar claramente la voluntad de centrar todo el empleo de recursos en la obtención de los resultados.
ü Hacer énfasis en las actividades que sirvan para movilizar y entrenar el capital social del partido.





Una dirección política consciente que aumente su poder para conducir las todas actividades hacia los resultados, bajo un proyecto de campaña

Las ejecutivas y los grupos institucionales y las candidaturas que se vayan eligiendo, necesitan generar más poder, tanto de la organización sobre su entorno como de ellos mismos sobre la organización. Sin ese poder, es normal que los resultados se estanquen, cuando no disminuyan.

La más segura fuente de ese poder se encuentra en la práctica de diseñar y compartir con suficiente número de activistas y líderes de opinión de los votantes, cuál es la situación política actual, dónde se pretende estar en 2.019 y que se hará para pasar de una situación de otra en los meses que quedan. No es éste un estudio que se lleva a cabo una sola vez. Pero el grupo que quiere manifestar su voluntad de dirigir la campaña, tiene en la primera manifestación, aunque sea un borrador del mismo, la posibilidad de dar señal del liderazgo que pretende y del ejercicio de anticipación que le avala en ello.

   El equipo que asume la dirección deberá programar su tiempo para emplearlo en una proporción importante en reuniones repetidas con los diversos grupos de personas que acabarán formando el capital social con el que abordarán los trabajos de la campaña.

   Estas reuniones, afrontarán conflictos y negociarán acuerdos en las líneas que hemos apuntado como ejes de proyecto y que serán objeto de próximas entradas. 



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