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jueves, 12 de abril de 2018

APRECIAR EL VALOR PÚBLICO PERCIBIDO POR LOS VOTANTES


Agenda y Plan Políticos para 2.018 y 2. 019 (XI)
QUE HACER EN EL PRIMER CUATRIMESTRE DE 2.018/ “LO QUE ESTAMOS VIVIENDO” (5)





Los electores van a ir decidiendo, recibiendo impactos y reaccionando, modificando o no sus percepciones y actitudes políticas hasta el momento de depositar la papeleta en las urnas. 
Esa decisión final, va a ser consecuencia de sus cambios de percepciones y actitudes, mezclados en una síntesis que sólo puede tener una de cinco salidas: votar a la misma lista anterior,  no votar, votar otra lista, votar en blanco, hacer voto nulo.
Qué puede provocar  esos cambios de percepciones y actitudes?
El elector es singular y procesa de muy diversas maneras – recordando a dando peso más a unos que a otros -los diversos impactos que van produciendo  en él los contactos con cada uno de los sujetos políticos en competencia.


La singularidad de cada elector lleva a considerar que el primer valor que puede apreciar  es el ser escuchado y atendido por una persona que pueda representar a la organización/candidatura en cuestión. De aquí, la importancia de contar con una red de activistas partidarios para mantener los votantes actuales y, eventualmente,  conquistar nuevos. Siempre, será más seguro para adecuarse al peculiar procesamiento de la información que hace cada elector, como hay bastantes experiencias que muestran la incidencia de la comunicación personal en los resultados electorales.

El elector, al mismo tiempo, va a apreciar las prestaciones públicas que recibe, los proyectos de futuro, la ideología, los candidatos y cargos públicos, la gobernanza de la institución, en su caso.

Cada dirección debe encontrar, y conviene lo sea desde este primer cuatrimestre, un modelo conceptual para entender y tomar decisiones operativas al respecto, so pena de banalizar su comunicación. Estas decisiones tienen que ver con el entrenamiento de los activistas (yendo un poco más allá de los “argumentarios”), y con la promoción en determinados grupos de electores de prestaciones, comportamientos y candidatos/cargos.

La información para dar vida concreta a un modelo que capte operativamente situaciones específicas, podría irse consiguiendo, utilizando los siguientes métodos:

v El presupuesto por programas funcionales analíticos.

En gobiernos con sistemas bien desarrollados, sus actividades vienen descritas y programadas en términos de beneficiarios/prestaciones/gasto, lo que permite apreciar de modo permanente el valor público producido, y al mismo tiempo el sistema es, a su vez, un valor.
En este cuatrimestre, sería oportuno comenzar por identificar las actividades singulares que lleva a cabo la institución y elaborar una estructura funcional del presupuesto, analítica hasta al menos, 5 dígitos.

v Encuestas
Las encuestas de intención de voto, de percepciones y preferencias de gobiernos, candidatos y partidos permiten seguir la valoración de los electores. Un marco más avanzado podrían ser las encuestas sobre su calidad de vida desde los propios electores.
Unas primeras encuestas podrían dedicarse a conseguir una segmentación de los datos por barrios. Para ello convendrá manejar un cuestionario limitado que permita una muestra amplia, con un coste asumible.

v El trabajo de campo de los activistas, escuchando.
En organizaciones locales que tienen bien enraizado el activismo/liderazgo político, los activistas aprenden a actuar como trabajadores de campo y escuchan de modo que pueden dar cuenta de las valoraciones de los votantes. Y cuando llevan a cabo sesiones de trabajo colectivo productivas, pueden llegar a obtener mejores predicciones que las encuestas y a un nivel que permite imaginar respuestas más ajustadas a las situaciones. Bien es verdad, que todo depende de lo enraizado que el activismo esté en la organización. Esta tarea deberá incorporarse desde el principio a este desarrollo. 





A lo largo, de los cuatro cuatrimestres de la campaña, iremos viendo cómo se podrán ir desarrollando el valor público percibido por los votantes y las acciones que podrían llevarse a cabo para mejorar esa percepción

Ø Eliminar prestaciones/comportamientos.
Ø Introducir modificaciones en proyectos en marcha para acomodarlos a los intereses de los votantes.
Ø Poner en marcha nuevos proyectos, en el marco temporal de que se dispone
Ø Crear grupos de proyecto estratégico alrededor de problemas mal definidos.
Ø Elegir candidaturas a partir de valoraciones de los líderes de opinión de los votantes.



Naturalmente, todas estas acciones pueden comportar su comunicación política, que siempre serán más eficaces, más fácilmente percibidas que los argumentarios generales, de lo bueno que es un candidato, lo que ha hecho y/o lo que promete hacer.

Un factor que también tendría que considerar la dirección desde el principio es el del lenguaje, buscando sustituir el exceso de lenguaje técnico-burocrático por un lenguaje que exprese los valores de los electores. El desarrollo y utilización de este lenguaje vendrá explicado en las propuestas para el el activismo/liderazgo político en el próximo cuatrimestre. Si bien, en lo que fuera posible, en éste convendría acordar que en él se va a considerar la recogida de historias de los votantes que ilustran mejoras/empeoramientos en su calidad de vida y su tratamiento  (“el barrio que vivimos”) y la elaboración posterior de propuestas de mejora (“el barrio que queremos”).[1]












[1]  A este respecto, puede verse en este mismo blog la entrada “Un ejemplo de aplicación de métodos narrativos para elaborar una política de abajo arriba, a partir del os barrios de un municipio” (22 de abril de 2-012)

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