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domingo, 4 de febrero de 2018

GENERACIÓN DE VALOR PÚBLICO

AUMENTANDO Y MEJORANDO LA GENERACIÓN DE VALOR PÚBLICO (II)
   
PREPARACIÓN Y ARRANQUE DE LA CAMPAÑA DE 2.019 (5)

AGENDA Y PLAN POLÍTICO PARA LOS AÑOS
 2.018 Y 2.019 (V)


 Comprender y asimilar en la práctica la noción de valor público, ayuda a practicar buena política y buena comunicación de la política. Parece, pues, oportuno dedicar una entrada dentro de la Agenda Política para no empeorar/mejorar los resultados en 2.019






La noción de creación o generación de valor público, se debe a Mark H. Moore, profesor de Harvard y de su Instituto Kennedy de Gobierno. En su libro “Creating Public Value. Strategic Management in Government”(1.997) – hay traducción española de 1.998 por Paidós, Barcelona, la desarrolla en ideas como estas:


·         Un organismo público se justifica por la creación de algún valor público. Pero éste es un concepto abstracto que es difícil de materializar. Y, sin embargo, no es éste un problema teórico, sino muy práctico en la vida pública. Cada día el funcionamiento de una Institución Local, en nuestro caso, está consumiendo recursos públicos y produciendo consecuencias reales -buscadas o imprevistas- para la sociedad. Si un gobierno local no puede dar cuenta del valor de los esfuerzos / recursos utilizados en términos del valor de una historia y unas realizaciones demostrables, es más que probable que su legitimidad a los ojos de los ciudadanos, de su administración y de otras organizaciones públicas y privadas tienda a disminuir y con ello su capacidad de liderazgo político y social.
·         En un régimen democrático, los electores traducen el valor que dan a sus gobiernos en votos, confirmando o disconfirmando el poder que les habían otorgado anterior­mente. Para un gobierno, comunicar valor a los electores es una cuestión llena de incertidumbres; pero no por ello, debe de dejar de hacer esfuerzos por lograrlo, sino todo lo contrario. La seguridad de un gobierno, y de cualquiera de sus cargos electos individuales, va a radicar en la confianza en que está produciendo y comunicando valor a sus electores.
·         Comencemos por definir el concepto a partir de un axioma:
El valor tiene sus raíces en los deseos y las percepciones de los individuos, no en trasformaciones físicas o en otras abstracciones, como la sociedad.

Los valores públicos, por una parte, son el resultado de satisfacer, por medio de bienes y servicios, determinados deseos de los individuos que no pueden ser proporcionados por el mercado porque el producto no puede dividirse y venderse a los consumidores individuales. Por otra parte, también se produce valor público, al responder a aspiraciones políticas adheridas a condiciones sociales colectivas como, una adecuada distribución de los derechos y responsabilidades entre el sector público y el privado, una distribución justa de las oportunidades económicas o las obligaciones sociales y un deseo de economizar en el uso del dinero de los impuestos gastados por las organizaciones del sector público.

Pero no basta con producir resultados valiosos. Estos resultados se obtienen empleando unos recursos que podrían tener usos alternativos. Estos recursos son de dos tipos:

Ø  el dinero procedente de los impuestos, tasas y precios públicos;

Ø  la autoridad que limita la libertad del individuo, obligándole a entregar parte de su dinero para fines colectivos, ordenándole o prohibiéndole ciertos comportamientos, so pena de castigos o intrusiones de mayor envergadura en su vida.

De una manera u otra, aunque sea confusa, los ciudadanos van a ponderar si los resultados valiosos de la acción pública son preferibles a la reducción de la disposición privada de su dinero  y la limitación de su libertad que implica la actuación de la autoridad pública. Naturalmente, diferentes individuos van a valorar los servicios y los costes económicos y de autoridad de diversas maneras, lo que complica la tarea de apreciar el valor público producido. 
¿A quién, pues, habrá que demostrar que los resultados producidos son más valiosos que otros que podrían producirse con los mismos recursos? No solo a unos consumidores o beneficiarios individuales de los servicios producidos, sino más bien a unos ciudadanos que forman un "mercado electoral" y a los participantes en las decisiones colectivas de las instituciones representativas. Estas instituciones, en el régimen político democrático, tienen la misión de responder a través de procesos políticos a la cuestión, analíticamente irresoluble, de qué cosas deberían producirse para propósitos colectivos con recursos públicos.

¿Qué es lo que habrá que demostrar?  La eficiencia de la producción y distribución de los servicios y al mismo tiempo la justicia y la distribución equilibrada de cargas y beneficios.

No se trata de cuestiones que hay que estar demostrando día a día, sino en aquellos momentos en que parecería razonable pensar que se someten a debate y renovación los acuerdos políticos sobre lo que debe ser público. En la valoración de los ciudadanos, va a pesar de modo importante la evaluación que harán, de modo más o menos difuso, de los propios procesos de las instituciones representativas. Si creen que estos procesos están bien conducidos, que sus aspiraciones comunes se van a satisfacer porque incorporan suficientes dosis de consulta y revisión sobre sus aspiraciones,  como para satisfacer sus deseos de unos servicios eficaces, eficientes y justos, los propios procesos políticos están creando un valor público que existe independientemente de la diferencia entre el valor de los servicios y el coste de los mismos. La virtualidad de los procesos políticos para captar necesidades públicas y evaluar su satisfacción, desde el punto de vista de los electores, cobra mayor importancia, si se tiene en cuenta que tanto las necesidades como las evaluaciones cambian a lo largo del tiempo, y en la medida que ciertas necesidades se satisfacen y pueden dar lugar al surgimiento de nuevas. Por ello, la capacidad de estos procesos de actualizar la agenda política representa un valor, no sólo independiente de las satisfacciones puntuales producidas, sino incluso puede ser valorado por encima de éstas.
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En una próxima entrada, presentaré dos variantes que pueden ayudar también a configurar "qué comunicar" en el intercambio con los votantes.




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