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miércoles, 9 de agosto de 2017

PROCESOS POLÍTICOS EN UN MUNDO AMBIGUO

PROCESOS POLÍTICOS EN UN MUNDO AMBIGUO [1]


Esta es la segunda base que proponemos para que cada gobierno desarrolle su propia lógica política. El texto está extraido del Cuaderno para Cargos Públicos y sus Asesores, n. 6 PROYECTOS ESTRATEGICOS: UNA INNOVACION POLITICA Y ADMINISTRATIVAMENTE ÚTIL 






La elaboración política, o como antes la hemos llamado el proceso de elección estratégica, es una actividad colectiva que implica la búsqueda de soluciones que puedan ser ampliamente toleradas / apoyadas, porque son ideales (satisfacen adecuadamente las necesidades de las partes relevantes) y estables (tienen suficiente consenso de modo que su puesta en práctica no es inmediatamente amenazada por vaivenes de poder). Estas condiciones son más verosímiles de conseguir cuando los participantes, además de reconocer sus intereses particulares, también llegan a experimentar alguna experiencia común más amplia. La comunica­ción juega un papel clave en desarrollar vocabularios comunes de interés. Cuando lo que se persigue es la acción, y no sólo la descripción o el estudio, se requiere que los participantes desarrollen actitudes y habilidades para conceptualizar la realidad de forma que lo "interno" y "externo" de cada uno de ellos estén interrelacionados, para atribuir a las situaciones problemáticas significados múltiples y contradictorios, y para no sentir especial desasosiego a la hora de ir cambiando estos significados por otros que pueden ser muy diferentes a los mantenidos anteriormente.

Las actuaciones tanto de políticos, como de sus asesores y de los técnicos que colaboren con ellos, deberían acomodarse a las siguientes guías:
p   Antes de definir una situación problemática, es necesario reconocer todos los valores y perspectivas individuales de los participantes, más allá de los valores y perspectivas de los que tienen la competencia para decidir la política.
p   La flexibilidad en la interpretación y asignación de valores, como capacidad para ver el mundo de diferentes maneras en momentos diferentes y de cambiar las propias opiniones sobre los resultados a valorar, es clave para conseguir una acción satisfactoria para todos. Esta flexibilidad es importan­te que exista o se desarrolle tanto en los responsables de elaborar la política como en los demás actores.
p   "Futuros" alternativos posibles, con fronteras difusas, más que metas-blanco específicas, propias de la dirección por objetivos, debidos a las ambigüeda­des en que se desarrolla la experiencia.
p   Debe darse la mayor importancia a la energía disponible, entendiendo como tal, el compromiso o inclinación a gastar esfuerzos, sea cual sea el resultado de su uso. Los participantes en un proceso político pueden tener muchos polos de atención que dispersen la atención y la energía, del proceso en cuestión. La energía disponible, y su eventual desarrollo, es un factor trascendental en las decisiones y los resultados a obtener.
p   Los procesos de planificación, sus participantes, metas, diseño del proyecto, estructuras organizativas, deben considerarse temporales y sometidos a reconsideración y sustitución por otros. Esto será consecuencia del tratamiento de las ambigüedades presentes en la situación. Otra consecuencia debe ser la aceptación de esa misma ambigüedad en cuanto al calendario de los procesos.

Incorporando estas guías, podemos definir un modelo simplificado  de un proceso de elaboración política. Superponiendo este proceso  con las etapas de la "planificación basada en los intereses", presentada más arriba en este mismo cuaderno, obtenemos una buena base metódica para conducir procesos de elección estratégica. El proceso de elaboración política tiene los siguientes componentes:
p   Estímulo.
p   Identificación de las partes relevantes.
p   Desarrollo de perspectiva por tres empujes:
·     Aprendizaje compartido.
·     Acción Diagnóstico.
·     Análisis Formal.
p   Articulación, implementación y Evaluación de la Política.







Estimulo

Este proceso merece la pena acometerlo cuando:
p   es evidente que la acción administrativa no produce resultados satisfactorios;
p   es verosímil que la situación tenga un impacto a largo plazo en los que han de tomar las decisiones;
p   están afectadas metas principales;
p   hay una oportunidad de producir un cambio importante;
p   las relaciones y conflictos con el entorno están consumiendo una parte desproporcionada de los recursos de la organización;
p   la implantación con éxito requiere un respaldo amplio.



Identificación de las Partes Relevantes

Siempre serán partes relevantes los cargos electos y los técnicos y directivos de las unidades municipales relacionadas con el tema en cuestión. Pero también lo deberán ser los grupos externos organizados, las individualidades con aportaciones posibles, los representantes de otras Administraciones y los técnicos externos necesarios para completar la competencia necesaria para tratar los nuevos problemas. (Sin perjuicio de prever situaciones de aprendizaje para que todos los participantes estén al nivel requerido de dominio de la situación).

A la hora de decidir los participantes, en concreto, merece la pena tener en cuenta la precaución de no dejarse encerrar en un círculo reducido de directivos de asociaciones que defienden su exclusividad de la representación. Salvo en los casos en que esa representatividad interna y externa esté muy claramente demostrada, puede ser prudente:
p   invitar a miembros de las asociaciones que no sean directivos, o al menos buscar una buena información sobre sus puntos de vista,
p   y aumentar el número de agrupaciones sociales participantes o encontrar un modo de implicar a personas individuales que, por su liderazgo social o su competencia, pueden tener un papel de ampliar y equilibrar las visiones en juego.

Si el grupo a reunir se hace demasiado numeroso, será necesario recurrir a grupos pequeños superpuestos y / o la utilización del método Delphos para obtener información de personas que no es posible reunir.

 Desarrollo de la Perspectiva por Tres Empujes

La obtención de una visión suficientemente amplia y compartida entre los participan­tes es un proceso tenso, iterativo y algo contradictorio que puede lograrse a través de tres empujes entrelazados




Aprendizaje compartido

Si la situación problemática no puede describirse de una sola manera, el elaborador de política debe buscar apreciaciones múltiples, promoviendo un aprendizaje compartido  y una síntesis de la comprensión entre los participantes.

Esto exige más que la recogida pasiva de las opiniones de los clientes sobre el problema. La tarea es crear un ambiente en el que cada persona aprende sobre la situación con los otros participantes; y en tal proceso:
p   cada uno intenta comprender los sentimientos, valores y percepciones de hechos propios y de los otros, y los modelos del mundo correspondientes;
p   se va produciendo la síntesis de estas entradas en nuevas apreciaciones de la situación, que se consensuan en lo posible, pero sin olvidar las comprensiones no compatibles;
p   se van acoplando las visiones resultantes, que pueden seguir siendo divergentes, en la "solución" o fase de acción.

En la medida que este proceso consume tiempo y desvela conflictos y puede no generar consenso, produce cierta angustia por tomar alguna acción. Estas condiciones sugieren la necesidad de un segundo empuje que mostramos a continuación.


Acción Diagnóstico

Una comprensión más rica de una situación problemática es consecuencia, con frecuencia, de intentos de cambiar la naturaleza de esta situación. Esto produce una creciente inclinación hacia actuar y aprender, más que a actuar y resolver.

Las acciones o "experimentos" sobre la situación son de naturaleza radicalmente diferente de la investigación científica. El objetivo no es comprobar una hipótesis sobre una situación que se presume estable, sino descubrir la naturaleza de la situación tal y como existe y explorar el rango de las posibilidades para el cambio futuro.

En un intento de clarificar cuál sería la política o la solución adecuada, la acción o intervención diagnóstico puede seguir el siguiente proceso:
p   Centrarse en uno o más aspectos de la situación problemática interpretados como especialmente ambiguos o conflictivos.
p   Seleccionar una acción alternativa. Esta alternativa debe reflejar las recomen­daciones ampliamente compartidas por los participantes, o debe ser elegida para iluminar diferencias.
p   Poner en práctica la acción.
p   Evaluar la salida utilizando una perspectiva de aprendizaje compartido de los resultados por cada uno de los participantes.

La acción o intervención diagnóstico, debe realizarse con metodología de investigación-acción, como un experimento que incluye la comprensión de los participantes. La acción es un intento de crear un entorno que mejora la comprensión y el compartimiento de acciones deseables que se podrán codificar como política. La intervención diagnóstico se dirige a provocar nueva comunicación entre los participantes, de modo que el proceso de evaluación de la política pueda continuar. Y también, trasforma la realidad de la misma situación.


Análisis Formal

La tercera perspectiva o empuje reside en el uso de las variadas técnicas de análisis de las políticas públicas (en el sentido amplio de "mejor comprensión de las cuestiones socio técnicas para lograr mejores soluciones + tomar en cuenta las dificultades políticas y organizativas asociadas con la decisión pública y su puesta en práctica + el uso de la intuición y el juicio + el examen de una política por descomposición en sus componentes y el diseño y síntesis de nuevas alternativas"). Los elaboradores de política deberán de seguir utilizando las técnicas como una ayuda  para comprender situaciones complejas. Sin embargo, las situaciones complejas serán más tratables por el análisis formal cuando su naturaleza se haya revelado a través del aprendizaje compartido y la acción diagnóstico. Ante todo, se ha de evitar la tentación frecuente de utilizar un estilo o técnica analítica como árbitro del proceso político. Las habilidades técnicas deben añadir riqueza al proceso político y no constreñirlo.

Métodos de tipo cuantitativo, descriptivo o intuitivo / creativos, deben ser dominados por los analistas que ocupen el papel de asesores de los cargos electos, para explorar ciertas ideas o tareas resultantes de la perspectiva del aprendizaje compartido, de modo que la aplicación de estas técnicas aporten nuevas entradas al proceso de aprendizaje. Todo lo que puede lograrse a través de los métodos de análisis de las políticas públicas, en la descripción de la situación problemática, el diseño de soluciones, la evaluación de la puesta en práctica, debe solaparse con lo avanzado en las otras dos perspectivas y alimentar a su vez los avances de éstas.


Articulación, Implementación y Evaluación de la Política.

Una vez que los tres empujes han sido recorridos sucesivamente y se siente que no se mejorará más la comprensión de la situación y la síntesis de las posibles acciones, es el momento de articular y formular la política, por medio de los instrumentos más familiares, planes, programas y presupuestos, como guías de la acción.

La implantación de la política formulada, puede implicar necesidades de trasforma­ción de la administración encargada de ello, y esto, a su vez, puede requerir un nuevo proceso político, por los juegos de poder que desencadena el cambio organizativo.

Las actuaciones resultantes de esta política se pilotan y evalúan y la evaluación se utiliza para afirmar la política adoptada o para reconocer la necesidad de volver a empezar.


Un resumen del proceso



Las rayas discontinuas de la figura quieren significar que existe una distinción borrosa entre las etapas del proceso. Cambios en el entorno pueden causar el abandono de esfuerzos en marcha y estimular nuevas interacciones del proceso como un todo, o la introducción de grupos de participantes, hasta el momento excluidos.

En cambio, es continuo el énfasis que los cargos electos y sus analistas deben poner en desarrollar métodos de trabajo colectivo y entrenarse profundamente en su práctica, en orden a mantenerse con la adecuada flexibilidad para trabajar bajo las condiciones de ambigüedad que permite un buen desempeño en los procesos de elección estratégica o políticos.

           




[1]Esta aproximación está basada en el capítulo 3  "Enriching Policy Premises for an Ambiguous World", de R.A. Goodman y A.S. Huff, pags. 334/361, perteneciente al Tomo III del libro colectivo MANAGEMENT HANDBOOK FOR PUBLIC ADMINISTRATORS, publicado por Van Nostrand Reinhold Company, New York, 1.978

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