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martes, 23 de mayo de 2017

UN ARTICULO PERDIDO, "EQUIPO DE RIVALES" Y "COMPARTIENDO EL PODER EJECUTIVO EN LAS CÚSPIDES




Se me ocurren estos tres estímulos para reflexionar sobre las cuestiones de organización en estos tiempos y en los siguientes


1-         Un artículo perdido



Hace unos años leí un artículo en EL PAIS que explicaba cómo la socialdemocracia alemán logró un máximo en su influencia, en un período en que la formación estaba liderada por una triada  que formaban el canciller, el secretario general del partido y el presidente del grupo parlamentario. Estas tres personas, aunque privadamente no se llevaban bien, fueron capaces de coaligarse y llevar a su formación a una punta de poder e influencia en la sociedad, que se perdió el día que rompieron su coalición.



Lamento no conservar el artículo, ni recordar ni el título ni el autor ni la fecha de su publicación. Por supuesto, que agradecería mucho quien pudiera ayudarme a hacerlo.







2 - “Equipo de rivales”.

       En entradas anteriores, hemos referido el hito que significó en la política estadounidense (y quizá mundial), cuando A Lincoln, organiza su gabinete con sus rivales en la elección. Obama supo hacer lo mismo. H.Clinton, no.






3 – Compartiendo el poder ejecutivo en las cúspides



El libro “Sharing Executive Power. Roles and Relationships at the Top”, de José Luis Alvarez y Silviya Svejenova, representa una interesante ruptura con el dogma implícito de la monarquía al frente de la organización.

Estos autores, después de analizar las casos de 68 empresas y organismos, con más de una persona en la cúspide de las respectivas organizaciones, proponen considerar que,

*    Con frecuencia, los relatos del desempeño monárquico de la dirección en la cúspide de las organizaciones – los que llama H.Mintzberg “líderes heroicos”-, no son reales y ocultan, intencionadamente, la existencia de una “constelación de roles”, desempeñado por dos, tres y cuatro personas.

*    La complejidad de entornos, interacciones y roles hacen inviable que la cúspide de una organización sea realmente asumida una sola persona.

*    La gran cantidad de experiencia de dúos, tríos y cuartetos que existen en la realidad, compartiendo el poder ejecutivo, de los que ofrecen cumplida referencia, deberían llevarnos a abandonar el individualismo y sustituirlo por la noción de régimen de gobernanza corporativa”.

*     Los elementos que aseguran el buen funcionamiento de este régimen colectivo de gobernanza se encuentran en las reglas de que se dotan, la buena o mala política que despliegan y la confianza entre ellos.



A esto hemos hecho alusión cuando decimos que coaligarse es el verbo clave a conjugar para una maestria en la práctica política y el ejercicio de una gobernanza eficaz.



Es este un tema al que deberemos volver en varias ocasiones, así que por ahora lo dejamos a aquí, ofreciendo las referencias para profundizar
Leer + en el artículo perdido – si alguien es tan amable de rescatármelo, prometo reproducirlo aquí; en “Team of Rivals” (2.005) de D.K. Goodwin, editado por Simon& Schuster, N.Y.; y “Sharing Executive Power. Roles and Relationships at the Top” de J.L. Alvarez y S.Svejenova, editado por la Cambridge University Press

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