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sábado, 7 de mayo de 2016

ESTRATEGIA Y DIRECCIÓN OPERATIVA:UNA APROXIMACION A LA DIRECCION CONSCIENTE

“Estrategia y dirección operativa. [1]





En las organizaciones políticas, es frecuente elaborar estrategias más o menos planificadas, sin contar con su estructura y su funcionamiento actual. Y también es muy frecuente que estas estrategias se queden en meras elucubraciones porque la práctica lleva a la organización por otro camino.

En honor a la verdad, habría que decir también que éste es un problema que aqueja a todo tipo de organizaciones, que tengan un cierto tamaño. La división del trabajo en vertical y en horizontal que acompaña a la dimensión de una organización, precisamente hace difícil integrar suficientemente el presente y la consideración del futuro, los diferentes estilos de pensamiento y de acción, y la traducción en resultados a lo largo del tiempo de las actuaciones actuales.

Esa integración es un signo distintivo de una dirección que tiene éxito en el presente y, al mismo tiempo está asegurando ese éxito para el futuro. Esta dirección puede responderse a tres preguntas clave separadamente e integrar en sus decisiones actuales las respuestas a las tres:

·        ¿Dónde estamos?
·        ¿Dónde estaremos?
·        ¿Dónde deberíamos estar?

La dirección estratégica, en cuanto es practicada como el específico modo de actuación de las cúpulas responsables de una organización política,  se convierte así en la herramienta principal al servicio de éxito actual y su supervivencia y éxito futuro.





Esta dirección utilizará estudios para conocer mejor posibles escenarios futuros, pero su contenido fundamental son decisiones que ha de tomar ahora teniendo en cuenta esos escenarios y la estimación del plazo de respuesta de los resultados a esas decisiones. Lo que importa son, pues, las decisiones y las acciones que generen, bastante más que los estudios que se utilicen en ello.

Por otra parte, no es posible tomar esas decisiones con racionalidad si el trabajo que actualmente hace la organización no está sometido a control, tanto de plazos como de resultados, de modo que la dirección tenga conciencia de ello y lo tenga en cuenta en sus decisiones sucesivas.

Esto hace imprescindible para una buena dirección estratégica, la existencia de una dirección operativa que,

ü      consiga que el trabajo actual se haga sistemáticamente en orden a alcanzar los objetivos propuestos en términos de los resultados de la organización;
ü      proponga abandonar las actividades organizativas que la experiencia muestra como poco útiles para el logro de esos resultados, al mismo tiempo que asignar más recursos a las que, por el contrario, muestran una buena contribución a la eficacia y la eficiencia de la organización;
ü      contribuya a encontrar formas nuevas y diferentes de alcanzar los objetivos, logrando que los niveles intermedios y de ejecución no crean que basta con “hacer más de lo mismo” ;
ü      y contribuya, igualmente, a estimar cuándo hay que empezar a trabajar para conseguir los resultados cuando se necesitan.


Aunque la dirección superior de las operaciones de la organización política, deberá estar integrada en la cúspide de gobierno de la coalición estratégica, la mayor parte del trabajo será el cometido principal de los niveles intermedios regionales, comarcales y locales.

Los resultados que pone bajo control la dirección operativa son los ya mencionados de votos, fondos y voluntarios.”








[1] Este texto corresponde al Cuaderno de Trabajo para Cuadros Políticos titulado LA DIRECCIÓN DE ORGANIZACIONES POLÍTICAS, PÁG 19/21.,que puede consultarse en la biblioteca de la Fundació Josep Irla, de Barcelona.




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