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martes, 15 de abril de 2014

LA COMUNICACIÓN POLÍTICA:EN DOS DIRECCIONES Y UNIDIRECCIONAL

(Tomado de las Síntesis del libro "Cómo Ganar (y Perder) Votantes", págs. 14/16






La comunicación política es, sin duda, un componente fundamental de toda acción política. Por ello, es muy importante no dejarse llevar por “lo que se ha hecho siempre” – esto es la comunicación unidireccional propia de una “caja 
negra” simplificada y bastante opaca.

Si se ilumina suficientemente la caja negra, nos encontramos con una variedad de votantes potenciales que actuarán en función de motivos diferentes que, a su vez, pueden variar en el tiempo que media entre dos elecciones.
Esta gran “variedad variable” no se capta bien en una comunicación unidireccional, como es una encuesta, sino en un proceso sucesivo de feedback. O sea una comunicación bilateral a lo largo del tiempo, en la que se intercambian mensajes entre las dos partes, de modo que comprendan bien el sentido de los respectivos mensajes intercambiados.

Por otro lado, los votantes están pidiendo algo parecido de los políticos, cuando les afean que sólo vayan a hablar con ellos cuando vienen las elecciones. Otra muestra de esta demanda la podemos encontrar con la buena disposición general a hablar con los políticos, a poco que puedan esperar que “servirá para algo”.

El votante solo es muy normal que no sepa interpretar bien lo que pasa en el mundo público, ni en qué pueden afectar a su calidad de vida, determinadas políticas, actuaciones o prestaciones. Claro que el votante, en función de su interés por la política, tenderá a cubrirse de sus inseguridades, por medio de sus conversaciones – más o menos formales o informales – con personas de su entorno cuyo juicio aprecie – los líderes de opinión.
Los militantes y cuadros de un partido político tendrán oportunidades excelentes para conocer y comprender las preocupaciones e intenciones de sus votantes, si consiguen ser aceptados en esos círculos de conversación que forman los votantes actuales y potenciales y sus líderes de opinión. Para ello, ante todo, será necesario que estén dispuestos y sepan escuchar. Después que estén dispuestos a reconocer errores y a mantener la conversación de modo permanente, resistiendo la tentación de intentar vencer a golpes de argumentario. A mantener permanente la conversación puede contribuir definitivamente, la capacidad del partido de prestar “servicios políticos”, es decir contribuir a “formar y manifestar la voluntad política” de esos votantes.

Sin perjuicio de tratar más adelante otros servicios políticos posibles, nos detendremos aquí en tres:
La priorización colectiva
Cualquier votante sensato comprende que no se pueden resolver todos los problemas ni al mismo tiempo. Y agradece que alguien enseñe a los insensatos que eso es así. Estos votantes entienden como un buen servicio que los políticos no resuelvan los problemas individuales por la vía más o menos clientelar, sino que creen entornos donde colectivamente se pueda priorizar entre problemas y alternativas. Este trabajo colectivo, como cualquier oportunidad de encuentro entre los votantes propiciada por los políticos, tiende a enriquecer el capital social del partido.

“El barrio que vivimos/el barrio que queremos”.
Cuando las prestaciones públicas se deciden desde arriba, es fácil que el resultado sea que se echen en falta ciertas prestaciones y se consideren innecesarias algunas de las decididas.
Partir de cómo viven los votantes su entorno público y cómo perciben que las prestaciones públicas mejoran o no la calidad de vida que pretenden es un camino mejor para la planificación estratégica publica. Escuchar las historias de los votantes – de sus líderes de opinión – encontrar el sentido de lo que se desprende de ellas y ayudar a diseñar cómo debería ser el futuro, con referencia inequívoca a la calidad de vida tal y como la viven los votantes, es una vía segura para responder y comunicar bien.

Negociaciones. Construcción de consenso.

La variedad de los votantes necesarios para una mayoría nos asegura que entre ellos tendrán que existir conflictos, tanto en cuanto a metas a alcanzar, como en maneras de alcanzarlas. La costumbre de zanjar la falta de consenso por soluciones tecnocráticas o puramente unilaterales de los políticos viene manifestándose como poco útil y hasta peligrosa. Los políticos corren el riesgo de no contentar a nadie y de irritar a los que creen que tienen derecho intervenir en la decisión.
Por el contrario, si los políticos en lugar de decidir, se proponen que sus votantes lleguen a consensos con su ayuda, estarán ganado buenas soluciones, mejora del capital social del partido, y aumento de su liderazgo.
Muchos de los problemas relacionados con las proyecciones futuras de los barrios y municipios contienen conflictos. Que los políticos sepan contribuir a que los propios votantes alcancen consensos, es un servicio político de gran utilidad.



 

Mantener toda esta comunicación en dos sentidos requiere conseguir lo que se llamó el tridente del contacto directo con los votantes y ahora se podría llamar el tenedor de cinco púas:
·La relación persona-persona, los encuentros de grupo.
·El contacto telefónico.
·El correo dilecto.
·El teléfono móvil.
·Internet y las redes sociales.
  
Debe tenerse en cuenta que es la relación personal cara a cara la que proporciona el mejor “feedback” y las mejores oportunidades de comunicación. Los demás medios mejoran si cuentan con la avanzada de la relación personal. Y todos juntos pueden asegurar la relación continuada en los dos sentidos.


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Leer + en el capitulo 3 La Comunicacion Política, en dos direcciones y unidireccional del libro mencionado que puede descargarse libremente en www.fcampalans.cat/uploads/publicacions/pdf/comoganaryperdervotantes_def.pdf

Una aplicación práctica puede obtenerse en el seminario "La campaña más rentable para conseguir votantes en las europeas", VLC 26 de abrill.  Ver los eventos de Facebook.





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