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jueves, 10 de octubre de 2013

UNA INVITACIÓN A BUENOS ALCALDES (O EX) QUE AHORA LIDERAN ORGANIZACIONES POLÍTICAS NACIONALES O REGIONALES.

DESARROLLANDO LA POTENCIA POLÍTICA DE LAS ORGANIZACIONES TERRITORIALES



  
Casi todos los partidos tienen en localidades pequeñas, pequeños equipos de activistas que saben coaligarse con el liderazgo social de sus municipios y conquistar y mantener unos resultados políticos satisfactorios.

Pero también es muy frecuente que esos buenos resultados se puedan perder al cambiar los miembros del equipo, y que en los niveles de municipios más grandes sea difícil conseguir lo de los pequeños.

Detrás de todo ello se encuentra una falta de reflexión sobre las exigencias organizativas que requiere una dirección consciente de unidades complejas, como son los municipios que engloban más de un barrio, y las ejecutivas comarcales y regionales.

En cualquier ámbito de que se trate, este tipo de unidades organizativas, tiene que resolver el problema de cuánta energía dedicarán a las consecución de los resultados que potencian la organización – en nuestro caso, votos, fondos, voluntarios – y cuánta a las luchas políticas internas por el poder organizativo.

El tipo de estructura que se ha venido utilizando habitualmente de división funcional del trabajo, favorece el que la mayor parte de la energía se dedique a las luchas internas, descuidando la consecución de resultados.

MARCOS LEKUONA

Al añadir una dimensión sectorial al diseño, aun se ha alejado más la preocupación por los resultados, porque por esa vía se han incorporado a posiciones relevantes personas sin experiencia ni interés por el trabajo de los resultados.




Si se quiere potenciar la capacidad de obtener resultados, es necesario concebir procesos de funcionamiento y estructuras organizativas que integren toda la tarea requerida.

Un primer proceso a asegurar es el de la evaluación resultados/prácticas, que permita discriminar buenas de malas en función de los resultados que generan. Este proceso tiene que ser llevado a la práctica por todos los activistas y dirigentes, cada uno en su ámbito.

El proceso se completa con la puesta en práctica de un plan de mejora de resultados, sustituyendo malas por buenas prácticas. Este es un proceso de entrenamiento sobre el terreno que podrán llevar a cabo con eficacia buenos prácticos que hayan reflexionado sobre sus prácticas de modo que puedan entrenarse en otros.

Las direcciones estarán dotándose de capacidades para mejorar resultados en función de la amplitud y profundidad en que los procesos de evaluación/mejora se hayan implantado.

Estas operaciones se organizarán y gestionarán por proyectos, con la ayuda de los asesores de que se disponga. Los secretarios funcionales podrán realizar sus aportaciones técnicas en ayuda a los responsables de estos proyectos, con la vista siempre en los resultados políticos.



Junto a estos proyectos, las direcciones podrán organizar otros dos tipos de proyectos:



·       Proyectos de desarrollo de recurso humanos, dirigidos a capacitar a futuros ocupantes de cargos públicos, sobre todo concejales, asesores y directores.
·       Proyectos estratégicos, como parte territorial de proyectos de política general, relacionados con planes
estratégicos y leyes y otras disposiciones institucionales, generalmente encabezados por secretarías sectoriales.


En las ejecutivas se prestará especial atención al seguimiento de los proyectos, formando parte de las mismas, sus responsables.

La ejecutiva de la Federación Regional y la Federación Nacional, se organizará para la gestión de todos estos proyectos. En los mismos términos, se acordará el reparto de tareas entre las ejecutivas locales y comarcales.

Las tareas de proceso regular, administrativas, financieras, tendrán, un diseño diferente, propio

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