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jueves, 10 de octubre de 2013

EL BARRIO Y EL ACTIVISMO POLÍTICO





Los votantes no son un conjunto de átomos aislados o una multitud de consumidores pasivos. Viven en municipios concretos y, en ellos, en barrios más o menos estructurados. La vida democrática de un país, gana cuando sus ciudadanos viven en barrios estructurados, es decir, reconocidos como tales por sus vecinos, centros de relación social, vida publica compartida.

Un barrio así configurado, es un poderoso instrumento de integración y socialización de los ciudadanos. En la vida social del barrio, los ciudadanos van pasando de sus intereses y comportamientos políticos individuales a otros colectivos, y aprendiendo, si existen adecuados liderazgos sociales y políticos, cómo la acción colectiva puede generar  el poder necesario para ir satisfaciendo sus necesidades de desarrollo. Y pueden asociarse sin perder el control de la asociación, de modo que ésta y sus dirigentes son interlocutores fiables para el liderazgo político del municipio.

La conciencia de barrio se desarrolla a través de:

  • reuniones regulares de los vecinos y/o sus líderes para la consideración de los problemas del barrio;
  • discusiones genuinas en estas reuniones regulares;
  • liderazgo de su vida actual como comunidad: aprendizajes conjuntos a través de lecturas, clases, clubs, compartir experiencias de otros a través de interacciones, aprender formas de expresar el arte de la comunidad…
  • asumiendo gradualmente más responsabilidad por la vida del barrio;
  • estableciendo una conexión regular con los activistas y líderes políticos del municipio y de otras instancias más amplias.

Desde esta capacidad  de identificar colectivamente su calidad de vida y de actuar sobre los factores inmediatos que la mejoran o empeoran, los votantes, sus líderes sociales y los líderes políticos que trabajan por empoderarlos, se encuentran en muy buenas condiciones para participar en el debate de políticas más generales, si alguien quiere regular esos debates para armonizar las políticas de arriba abajo con otras de abajo arriba. De este modo, las necesidades de los barrios vienen a ser la base sustancial de la política (Mary Parker Follet, “The New State”, 1918)

Ahora bien, qué es un barrio es algo poco claro en la vida política de nuestros países. Hay barrios tradicionales que tienen un contorno bien definido, pero también hay nuevas aglomeraciones de población que nunca han llegado a ser barrio, y otras en las que el núcleo original ha quedado diluido con la llegada de personas foráneas. En ciudades grandes, se confunden más los límites cuando se procede a la división administrativa en distritos y barrios grandes, como agrupaciones de secciones electorales, sin respeto a los contornos de los barrios tradicionales.

 Cuando un municipio, aumenta su tamaño y su población puede encontrarse con tensiones de diferenciación que pueden atentar contra la unidad del barrio, y alimentan aspiraciones críticas y/o secesionistas del gobierno existente.

Todos estos problemas son precisamente oportunidades para el desarrollo de los activistas políticos y sus dirigentes. Interviniendo en ellos, puede tener lugar su inserción social en la vida colectiva del barrio y su aceptación como participantes en las conversaciones donde se perfilan las decisiones  políticas de los votantes.

En este sentido, la experiencia parece demostrar que la intervención de los activistas/líderes políticos en favorecer la estructuración del barrio, apoyando a los lideres sociales que estimulen la asociación de los vecinos alrededor de intereses comunes, contribuye a la sostenibilidad de los resultados políticos, a través de la coalición líderes políticos/líderes sociales.

La intensidad del trabajo de interacción que deben llevar a cabo los activistas, pone límites a la amplitud de lo que pueden abarcar. Por ello, se va viendo prácticamente que la dimensión de un barrio, estructurado o por estructurar, ofrece un campo muy apropiado para que, a través de la coalición liderazgo político//liderazgo social, un pequeño equipo de activistas pueda asegurar la sostenibilidad de los resultados políticos.

Estos equipos de activistas de barrio, contribuyendo a la estructuración social del mismo y empoderando a los ciudadanos en la propia resolución de sus problemas, bien por su cuenta o consiguiendo prestaciones de las administraciones, son la piedra clave de las redes sociales partidarias.

 --------------------Este es un fragmento de la documentación del Seminario "Activismo/Liderazgo" que se va a celebrar en Barcelona los días 23 y 24 de octubre, de 16,30 a 20,30 h.  




  

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