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miércoles, 16 de enero de 2013

SIGAMOS HABLANDO DE VALORES




Hace más de 25 años que no dejaba de desear un feliz año nuevo a mis clientes y amigos. El año pasado deseé un NO INFELIZ 2.012. Pero esta vez me he quedado bloqueado. Me ha parecido demasiado fácil la fórmula tradicional para los tiempos que vivimos. En los tiempos pasados servía porque era casi seguro que las cosas iban a ir a mejor. Ahora no solo es improbable, sino que es más probable que vaya a peor, sino hacemos algo para remediarlo.

Lo que tenemos que hacer para remediarlo no tiene mucho que ver con los amables propósitos de mejora que antes podíamos hacer, sin gran riesgo por no cumplirlos. Ahora corremos el riesgo de perder la partida para mucho tiempo.

Voy, pues, a sustituir mis deseos de felicidad, por lo que he pensado sobre lo que tenemos que hacer y algo del cómo.

En la medida que podemos esperar poco de las cúspides de las instituciones y grandes organizaciones, que en realidad, son culpables, cómplices o cooperadores necesarios de los problemas que vivimos, los remedios han de venir desde abajo, de cada uno de nosotros. A cada uno de nosotros, contribuir a ir construyendo el nuevo orden de cosas, nos va a demandar que seamos capaces de autogobernarnos en coordinación con nuestros iguales, sin esperar la mediación superior.

La ENERGIA adicional que requiere el autogobierno, vendrá proporcionada por comportamientos congruentes con los valores que pueden desarrollarnos personalmente y contribuir a crear en nuestro entorno comunidades de personas autónomas interdependientes y cuidadosas del interés común.



En este sentido, todas las personas preocupadas por conseguir el nuevo orden de cosas, deberían estar dispuestas a ejercitarse en prácticas de conversación, de innovación/ aprendizaje de mejores interacciones en el interior de su comunidad y con su entorno, de negociación y construcción de consensos entre los miembros diferentes de la comunidad y el entorno, de solidaridad.

  
Y cuando esas personas, ocupan cargos dirigentes en las estructuras burocráticas, y quieren evitar las rupturas traumáticas de las prácticas centralizadoras, será oportuno que innoven/aprendan otras prácticas que las sustituyan por las que contribuyan al autogobierno de los miembros de su organización y de su entorno, y unas interacciones entre ellos que les empoderen.



Seguiremos hablando de valores...

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