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domingo, 6 de mayo de 2012

CONSEGUIR RESULTADOS POLÍTICOS

Un partido político, como institución social, no debe ser un ateneo ni una oficina de colocación. Es una organización que "concurre a la formación y manifestación de la voluntad popular" (CE, art.6), dirigida conscientemente a obtener unos resultados políticos que, en un sistema democrático, se pueden cifrar en votos, fondos y voluntarios. 

En el tiempo que estamos viviendo los cambios y resistencias que van marcando la transición al postcapitalismo. están demandando a las direcciones de estas organizaciones políticas una capacidades de apertura, creación e innovación social con que pocas cuentan. Esto podría considerarse normal entre los que se resisten a los cambios de la transición. Y sin embargo, está presente entre los que teóricamente están demandando un orden nuevo. Esta izquierda conservadora está empeñada en mantener políticas y modos de dirigir que fueron útiles en su momento; pero que han quedado sobrepasados por la complejidad actual.

"...Hoy, muchas razones indican que estamos en un período de transición, cuando parece que algo se está marchando, y algo distinto está naciendo penosamente.  Es como si algo estuviera derrumbándose, descomponiendo y agotándose, mientras algo distinto, aun indistinto, estuviera surgiendo de los escombros." (V. Havel)  Demasiados dirigentes de la izquierda están empeñados en mantenerse dentro de la mentalidad y las prácticas burocráticas que es lo que sabemos que se está "agotando,descomponiendo y agotando". Y no son capaces de reconocer, apoyar y liderar, lo nuevo que ya está surgiendo, como fruto de mentalidades y prácticas emprendedoras.    

La mentalidad y prácticas emprendedoras que están trayendo el postcapitalismo, no confunden el poder del liderazgo con el control, sino con la capacidad de empoderarse empoderando a los demás, y así dotar a la compleja red de organizaciones a que vamos yendo de un numero mucho mayor de líderes capaces de autocontrolarse. Los dirigentes que cambian su mentalidad y prácticas en este sentido, están cumpliendo el requisito inexorable de cambiar antes uno mismo si quiere cambiar a los otros.

Un primer paso, en ese cambio de las maneras de dirigir, viene configurado por el abandono de criterios de  actuación basados en invocaciones de valores en abstracto o por afinidades "familiares" y su sustitución por la apreciación de relaciones de causalidad entre los valores realmente practicados en los comportamientos políticos observables y la consecución de resultados políticos - lo que podemos llamar, mientras no encontremos otra denominación mejor, evaluación política.


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